El juego es una herramienta fundamental en la educación infantil, ya que ayuda al desarrollo personal y al aprendizaje de los niños. Los juegos pueden ser sociales, afectivos, de ficción, de reglas, cooperativos, de valores, de normas, de responsabilidad, entre otros. Además, el juego también ayuda a desarrollar distintas habilidades en los niños, como la fuerza física, la precisión gestual, el intelecto, la creatividad, las emociones, la comunicación y la socialización.
Es importante destacar que el juego es una necesidad que tienen los niños desde pequeños para poder comprender todo lo que sucede a su alrededor. Los niños se sienten atraídos por el juego y está en las manos de los adultos saber aprovechar esta situación para que aprendan sin esfuerzo de manera natural y pasando un buen rato.
No debemos olvidar todo esto en épocas donde la tecnología nos invade y a veces se dejan de lado las necesidades fundamentales.
Hoy en día, se comienza a utilizar el juego de manera diferente en los niños en interacción con la robótica, para mejorar algunos síndromes como por ejemplo la disgrafia, con resultados aparentemente, bastante buenos.
Es todo un mundo nuevo, de nosotros depende que la experiencia resulte positiva.
Con el juego, se van produciendo los cambios necesarios en la realidad subyacente de los niños, su cerebro cambia a medida que realiza dichas actividades, se van desarrollando las emociones, la curiosidad, la atención, el aprendizaje sensorial y la memorización inconciente.
Por lo tanto cuando un niño contesta con un «no molesten» cuando juega, deberíamos quedarnos tranquilos, porque no está enojado, está transcurriendo de buena manera, su etapa natural.