Los centros educativos son el motor del cambio, el lugar donde se producen transformaciones reales y es en este escenario donde debemos buscar medios para incluir a todos los estudiantes sin excepción. Es necesario contar con docentes capacitados para detectar barreras que dificultan el aprendizaje y la participación. Asimismo, se requieren equipos directivos que ejerzan un verdadero liderazgo en la tarea de impulsar los principios de la inclusión educativa: presencia, participación y logros.
El avance hacia enfoques inclusivos se basa en la premisa fundamental de la colaboración y la participación activa tanto de los docentes como de la comunidad educativa en general. Para promover este enfoque, tanto en el sistema educativo como en las escuelas, se implementa el Plan de Atención a la Diversidad, dentro del marco de una Escuela Inclusiva.
Este compromiso, basado en la equidad y la justicia social, implica cambios en las decisiones y prácticas tanto de las Administraciones y líderes políticos como del personal educativo y otros actores sociales, con el fin de incluir a todos los miembros de la comunidad.
Este plan propone una serie de acciones destinadas a lograr el máximo desarrollo de cada estudiante, valorando sus diferencias individuales y la diversidad como algo enriquecedor. En definitiva, se trata de garantizar el derecho a la educación de todos los estudiantes y aumentar los niveles de calidad y excelencia del sistema educativo a través de acciones como garantizar el acceso, la participación y el aprendizaje de todos los estudiantes, especialmente aquellos más vulnerables o desfavorecidos.
Por tanto, la inclusión es un indicador de calidad educativa, ya que implica garantizar el derecho a la educación de todos los estudiantes. Para lograrlo, es necesario contar con un Proyecto Educativo que abarque la diversidad del alumnado, construir una comunidad escolar acogedora y colaboradora, responder a las necesidades socioeducativas de cada persona, superar las barreras de acceso y participación, fomentar el aprendizaje y la participación de todos los estudiantes, implementar planes de mejora, valorar la diversidad como una oportunidad de aprendizaje, fortalecer la relación entre los centros escolares y sus comunidades, considerar el proyecto en el marco de una sociedad inclusiva y organizar los apoyos dentro del aula para atender las necesidades individuales de todos los estudiantes.